sábado, 28 de mayo de 2011

El Fin del Mundo y las Piedras Estelares





El  fin del mundo ha sido siempre un gran negocio, desde tiempos sin memoria, los profetas de todos los pueblos ayudaban a comprender los misterios de la vida y, cuando algunas sociedades se sentían huérfanas delante a la impermanencia o a la ingravidez del tiempo, se abrigaban con las palabras de sus profetas y temporalmente orientaban o calmaban sus incertidumbres.

Entre otros procesos cognoscitivos y evolutivos, los seres humanos somos el  resultado de nuestra especialización, así, el enramado social permite que “los otros” produzcan o gestionen objetos e instrumentos que no puedo construir o maniobrar pero que “los otros” hacen por mi de tal manera que en el supermercado levanto la mano y encuentro bolsas de plástico para llevar fruta o compro un bicicleta para dar la vuelta los domingos, la especialización de “los otros” permite que yo pueda acceder a productos y a bienes… el conocimiento es una gran riqueza, el resultado victorioso de la especialización de generaciones precedentes; sin embargo, no se le considera como tal, construimos un mundo social donde se acumula información y se deshecha tecnología, consecuentemente, el conocimiento es escaso y los rumores se tornan verdad.

Nuestra mente está ocupada en rumores proféticos a mediano y largo plazo, el más reciente del elenco lo protagonizó el predicador y conductor de radio cristiano de California, USA, Harold Camping, quien cuenta con Family Radio, una organización no lucrativa y al mismo tiempo un emporio con canales de televisión, de radio y estaciones satelitales que en 2009 reportó al fisco haber recibido 18,3 milllones de dólares en donaciones y en ese mismo ejercicio  declaró bienes por más de 104 millones de dólares.  Don Harold acaba de realizar una millonaria inversión en publicitar “El Fin del Mundo para el 21 de Mayo” en espectaculares urbanos de México, USA y Centroamérica.

Según sus proféticas visiones, 200 millones de cristianos serían llevados al cielo el pasado sábado 21 de mayo antes de que la Tierra fuera destruida, dijo que  el domingo se sintió tan mal cuando su predicción no se volvió realidad que se salió de su casa y se refugió en un Motel con su esposa…  sin embargo, Camping afirmó que ahora sabe que el Apocalipsis llegará cinco meses después, el 21 de octubre 2011 cuando el mundo será consumido por una bola de fuego y… así se la lleva el profeta-predicador desde hace varios años, profetizando, capturando millonarias donaciones y corrigiéndose sobre la marcha…

Desde hace tres años, ritualmente y por estas fechas, mis amigos me comentan o me envían el famoso correo que da cuenta de la extraordinaria noticia en la que con bombo y platillos se anuncia que el próximo mes de julio, el planeta Marte se verá tan grande como la Luna y que la próxima ocasión que se observará de ese tamaño será hasta el 2287 --cada año le cambian algo y el modelo 2011 magnifica el asunto argumentando que--: “esto es debido a la gravedad de Júpiter que afectará la órbita de Marte, los astrónomos –no citan a ninguno— están seguros que esto es lo que hará que Marte se acerque a la Tierra cosa que no ha sucedido en los últimos cinco mil años y pueden pasar sesenta mil antes de que suceda de nuevo” esta magnifica oportunidad de contemplar a Marte tan grande como la Luna sella con una poderosa y envolvente frase: “Ninguno de nosotros, ni nuestros hijos o nietos vivirán lo suficiente para poder ver éste fenómeno nuevamente”

Visto desde nuestro planeta, Marte tarda  687 días o el equivalente a 1.8 órbitas terrestres en dar una vuelta completa alrededor del Sol.

“Las órbitas de los planetas son elípticas”, gran descubrimiento del maestro Johannes Kepler que permitió comprender cómo derepente parece que Marte mete reversa en el firmamento para días después volver a tomar la ruta que llevaba; por otra parte, la Tierra se mueve más rápido que Marte y en el espacio interestelar las distancias son realmente “gigantescas”; hay más vacío que cualquier otra cosa, por lo tanto, si cada 300 mil kilómetros (la distancia que recorre la luz en un segundo) fuera el equivalente a un metro, necesitaríamos 140 metros para llegar a Venus y en dirección contraria, si nos dirigiéramos hacia Marte, necesitaríamos 260 metros para arribar al planeta rojo, las órbitas de ambos planetas pueden acercarse pero en ningún momento podría verse Marte tan grande como la Luna ni tenemos que esperar al 2287 para que suceda nuevamente aunque luego el texto afirma que es un evento que no ha sucedido en los últimos 5 mil años (¿quieren decir que ocurre cada 176 años y vuelve a acontecer 5 mil años después? Esta tomada de pelo, astronómicamente es imposible) pero luego corrigen y sellan confundiendo aún más a los lectores advirtiéndonos que pasaran otros 60 mil antes de que este fenómeno marciano ocurra nuevamente.

Los profetas modernos tienen éxito porque los seres humanos preferimos la simulación a la realidad. El miedo a la verdad sustenta la mayoría de nuestras relaciones, son tiempos en los que a una persona íntegra se le margina o estigmatiza.  Nuestra vida económica y política son reflejo de las contradictorias circunstancias que nuestra displicencia ha fomentado; el asunto no se centra en encontrar al pitcher que lanzó la primera piedra sino a nuestra educación, porque el problema de fondo, en el fondo, es educativo, carecemos de criterio, solidaridad y conocimiento.

Observemos que desde hace décadas recibimos un formato de estudios orientado a memorizar venerando a héroes traicionados, fusilados, derrotados, los gobiernos posrevolucionarios nos heredaron el estigma de considerarnos nosotros mismos los hijos malparidos de una lejana conquista a los mexica e invasión a los pueblos mayas y nuestra riqueza histórica la cantamos folclóricamente, con mariachi, rencor “ a la Jose Alfredo Jimenez” y con unos tragos de tequila, por supuesto que así ¡la vida nos vale madres!

Celebramos con fervor folclórico nuestras festividades religiosas y los triunfos de la selección de fútbol pero en el cotidiano, los mexicanos estamos siendo educados para triunfar transando y avanzando, por encima de la integridad y capacidades de “los otros”,  avasallando a nuestras propias necesidades y seguridades.

Los mexicanos somos un conglomerado de resentidos pueblos “incrédulos del otro” y en la mayoría de los asuntos económicos, de entrada sabemos que el que está enfrente nos va intentar transar y nos tornamos rabiosos defensores de nuestras certezas materiales; sin embargo, en el ámbito de las profecías, nos comportamos como dóciles y golosos consumidores de mentiras, nos dejamos llevar por oídas y hacemos verdades una sarta de incoherencias sazonadas con absurdas explicaciones astronómicas… delante a la impavidez, desde 1999 Fernando Malkún gratuitamente endosó a los mayas eventos solares, rayos sincronizadores, eras de conciencia, aires de fraternidad aspiracional así como galácticas y psicotrópicas suposiciones que “los mayas nunca predijeron”, después de una década, el único detalle es que ahora el mundo piensa que lo que alucinó el arquitecto Malkún es lo que pensaron los mayas. Las 7 Profecías Mayas que circulan por Internet no fueron escritas por los mayas sino que develan la insensatez, el oportunismo, la ignorancia astronómica y el usufructo de las mafufadas del señor Malkún.

Los mayas  históricos nunca predijeron que el Sol tuviera periodos de sobrecalentamiento tampoco que un rayo sincronizador pudiera venir del centro de nuestra galaxia ni mucho menos que el calendario maya y el mundo se van acabar el invierno del 2012.






...la escritura jeroglífica maya nos cuenta una historia realmente apasionante, humana y conocedora de algunos secretos del movimiento del cielo, sabemos que los mayas descifraron el engranaje celeste en el que de Norte a Sur la Vía Láctea era una canoa para los mayas que de pronto giraba hacia el poniente o hacia el oriente según el oleaje celeste y la canoa es atravesada del Este al Oeste por una banda imaginaria que se nombra Eclíptica, por ella transitan: 13 Constelaciones,  5 planetas, el Sol y la Luna; como si fuera un engranaje de caja fuerte donde se dan 5 vueltas a la derecha, 9 a la izquierda, 11 a la derecha, 31 a la izquierda y así hasta que se abre la caja fuerte, en la Eclíptica sucede que viajan constelaciones y planetas en dos planos visuales dando vueltas en el mismo eje Este-Oeste pero a destiempo, los mayas calculaban conjunciones planetarias con la presencia en el fondo de algunas constelaciones particulares y ¡zaz…! Se abría el cielo, los canales eran propicios para que las entidades divinas participaran de los eventos humanos y los ahuob (reyes-señores de la palabra) ascendieran ritualmente a los cielos para con la danza emparentarse con los Dioses.

La escritura maya nos dice también que desarrollaron sus guerras en función de las apariciones sobre el horizonte de Venus, algunos monumentos como el complejo de La Cruz, El Sol y La Cruz Foliada en Palenque, Chiapas, fueron inaugurados en presencia de Júpiter y Saturno. Los mayas observaban a simple vista --como podemos hacerlo nosotros también— a Júpiter, Saturno, Marte, Venus y Mercurio.

En aquellos soles en los que los eventos empezaron a ser grabados en piedra, derivaron sus calendarios de las observaciones celestes, percibieron un tiempo cíclico a través de la contabilización de los movimientos, apariciones y desapariciones de los planetas y constelaciones; los mayas realizaban danzas con báculos y enormes penachos coronados con máscaras en madera, plumas de quetzal y collares de jade, el cinturón de los ahauob’ en ocasiones eran manufacturados con la piel de un tiburón y llevaba la imagen de K’in (dios solar) en jade o madera, sus zapatos eran de piel de venado y sus tobilleras llevaban cuentas de jade como decoración; danzaban los ahauob’, lo hacían de noche junto a las ondulantes sombras del fuego, con el humo que comunicaba con los dioses en escaleras reptantes… como serpientes blancas; a veces los ahauob’  fueron acompañados en sus danzas por sus hijos designados al trono y ocasionalmente con sus sahalob’ (nobles mayas), en las estelas aparecen prisioneros degradados, ciudades vencidas, alianzas en sincronía con las necesidades políticas de dos grandes ciudades: Calakmul y Tikal, matrimonios entre dinastías que evitaron conflictos… los artistas mayas firmaron sus obras de arte y fueron hijos de dignatarios ya que conocieron el secreto de la palabra escrita, vínculo con las entidades divinas, uno de los grandes artistas mayas se llamó Aj Maxam y al parecer vivió en el Naranjo hacia el siglo VIII d. C se reconocen extraordinarios vasos cilíndricos de Aj Maxam que narran la relación mitológica entre las fuerzas del universo natural y las del sobrenatural, los mayas observaron algo más que oscuridad en la negrura interestelar, conocieron un engranaje de entidades que cíclicamente abrían puertas en zonas particulares de la noche, esa es la realidad del Cielo Maya, éstos y otros secretos nos revelan las palabras que leemos en las piedras. 


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