martes, 4 de junio de 2013

El Chamán Izquierdo de la Piedra de Poder






El dibujo que presento muestra un fragmento de la Escena V de El Relato de Xibalbá, que fue recientemente descubierto en la oquedad sagrada maya conocida como Gruta de Xibalbá-Pak Ch’en, situada en los alrededores de Kantunilkín, Quintana Roo.

Observamos a un chamán sentado de perfil en un trono en forma de T, lleva un antifaz en su rostro y el original tiene trazos de pintura negra en su cuerpo. Arriba de él, se ubica su way-nagual o coesencia, tiene un rostro que asemeja a un jaguar.

Para distinguir al chamán y a su way, prescindí dibujar una serie de enigmáticos grafitis o filamentos que unen al chamán con su way, son pequeñas incisiones lineales en la piedra que no aparecen en el dibujo porque cuando lo realicé no entendía el motivo de su presencia y preferí no dibujarlos. El brazo izquierdo del chamán está fracturado y de ahí surgen los primeros filamentos (ausentes en el dibujo) que en su espalda configuran una base que pareciera el respaldo de una silla; otros filamentos parten de su rostro en zigzag y se conectan con su way. Interpreto que las incisiones lineales en la piedra que nombro filamentos, revela una intercomunicación energética entre el chamán y su way ubicado arriba de su cabeza. Durante algunos meses me preguntaba por qué el brazo izquierdo del chamán, además de estar fracturado intencionalmente, carece de una mano, pues bien, en una reciente sesión fotográfica, descubrí que está introduciendo su mano izquierda en las fauces de un jaguar…





Su brazo derecho se transfigura en una fascinante serpiente que gira hacia el chamán y luego asciende hacia el cielo, en la piedra original el dibujo de la serpiente sugiere que se trata de una Boa. El trono en forma de "T" simboliza al viento, al aliento, al hálito divino, fue decorado con plumaje o finas y largas cuentas de piedra, unas figuras geométricas pero no simétricas decoran la parte superior del trono. En su región genital aparece un símbolo que observamos también en algunas esculturas zapotecas de Monte Albán en le pasaje escultórico llamado erróneamente “Los Danzantes” (porque no lo son) lo cual no debe parecernos extraño ya que los pueblos olmecas precedieron y heredaron un conocimiento milenario a los teotihuacanos, zapotecas, totonacas, aztecas, toltecas y por supuesto, a los mayas. Los pueblos olmecas jamás formaron un Imperio, su aparición como decadencia son todo un misterio.

La imagen que ahora leemos, es uno de los chamanes olmecas de la Gruta de Xibalbá-Pak Ch’en, se encuentran ubicados en una gigantesca Piedra de Poder que surge de la Madre Roca. El chamán de la Escena V, fue la primera imagen de El Relato de Xibalbá que pude ver completa cuando cambié la técnica de iluminación y, en lugar de las potentes lámparas que centellaban en la oscuridad aplastando las imágenes, iluminé con velas --como con candelas o teas iluminaban nuestros mayores—y, sorprendentemente, surgieron las formas de un bagaje mitológico que estuvo resguardado en la silenciosa oscuridad durante largo tiempo y que ahora, gracias a la generosidad de los amigos mayas de Kantunilkín, Quintana Roo, podemos apreciar las extraordinarias improntas chamánicas que nos revelan un pasado pletórico de sorpresas y fascinantes rituales.



Cuando descubrí al chamán sentado en el trono e identifiqué a su way y a la Boa, tuve una de las experiencias más impactantes de mi vida, sentí que sus presencias surgían de la piedra al saberse reconocidos después de reposar en el silencio de la implacable oscuridad y revelarse inadvertidos delante a otros investigadores que me precedieron... En ocasiones con la conciencia se recrea a la Palabra y nacen otros mundos, así mismo, cuando las improntas mitológicas del pasado se tornan presentes en la mente humana, renacen otras visiones de nuestro mundo, en este caso, de un novedoso mundo chamánico olmeca que precedió al surgimiento de la Civilización Maya...

Estamos presenciando inéditas imágenes del Origen de lo Primero. El Relato de Xibalbá, es el corpus gráfico más largo y completo de la plástica olmeca, no existe en ningún otro sitio de Meoamérica, un conjunto de imágenes olmecas tan basto, tan complejo, tan bien conservado y está en Quintana Roo... diferentes pueblos mayas habitaron siglos después la Gruta de Xibalbá-Pak Ch’en, por lo tanto, resulta revelador que no transfiguraron el contenido iconográfico y abre nuevos espacios de investigación para comenzar a comprender la transición cultural entre los olmecas y los mayas. 

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