miércoles, 12 de junio de 2013

Una Escalera Larga...





La Religión Matemática Maya determinaba que un engranaje celeste daba sentido a las conductas humanas; para los Mayas Históricos, los astros eran entidades divinas que interactuaban con los seres humanos y en el imaginario religioso maya destacan seis astros que se desplazan del Este al Oeste con movimiento propio: la Luna, Venus, Mercurio, Marte, Júpiter y Saturno. Arriba de ellos, un conjunto de 13 Constelaciones transitan en ese mismo eje.

Cuando un Hombre de Conocimiento Maya observaba al cielo nocturno, reconocía en el movimiento astral a un engranaje como el de las cajas fuertes que cuando giramos la perilla un X número de veces a la derecha y otras tantas  a la izquierda: se abre la caja fuerte; de la misma manera, los mayas contabilizaban los ciclos de Júpiter y Saturno y cuando se encontraban en conjunción con alguna de las 13 Constelaciones, se abrían los Portales hacia la otredad para que las entidades divinas descendieran al ámbito humano.

El engranaje celeste es puntual pero el clima impredecible, por ello, los mayas vivieron cuatro grandes sequías y, la del siglo X, fue devastadora. El engranaje celeste indicaba la presencia de la lluvia pero no aparecía, por lo tanto, durante decenios la sequía provocó guerras, hambres, enfermedades y decadencias; las entidades divinas abandonaron a los Señores de la Palabra... la Religión Maya Matemática desapareció y se dejó de inscribir en el Calendario de la Cuenta larga el 15 de enero de 909... es, precisamente en ese periodo de tiempo que los “mayanistas” dicen sin sustento que los mayas desaparecieron, que se fueron a la Cuarta Dimensión o a la constelación de Orión... el criterio humano se debate entre la creencia y la certeza...

La Ciencia

Según las informaciones recabadas por los telescopios Cob y Hubble, así como los estudios de la Radiación de Fondo,  hoy estamos ciertos que el 73 % de nuestro universo no sabemos qué es pero se mide y los científicos la nombraron Energía Oscura, el 23 %  es Materia Oscura y el 4 % restante son átomos, tú, yo y las estrellas…

Es complejo aceptarlo, más aún, hacerlo propio pero lo cierto es que somos minoría cósmica en un verso recitado a la velocidad de la luz.

Nuestra arrogancia nos impide aceptar que también somos un suspiro evolutivo envuelto en un Ego que misteriosamente adquirió conciencia, aunque la usemos para percatarnos que casi nunca la utilizamos.

El vacío envuelve a lo existente y es iluminado por miles de millones de estrellas. Algunas de ellas, emiten su energía y su luz a través del inconmensurable vacío galáctico y trascienden a la existencia de su fuente desplazándose através del tiempo.

En el silencio, el mundo se revela insondable y los eventos transitan sin recuerdos, la Palabra determina nuestro espacio y nuestro tiempo, palabras de admiración o desconsuelo ubican nuestras emociones en el laberíntico ámbito humano. Las palabras que se dedican al cielo nos liberan de las ataduras y de los adjetivos, bordeamos con ellas los linderos de la eternidad.

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